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La medicina avanza en tecnología que puede salvar un corazón

4 de marzo 2019

Las enfermedades cardiovasculares (ECV) representan la primera causa de muerte en el mundo, de acuerdo con la Organización Mundial de la Salud, en el 2015, 31% de todas las muertes registradas se debió a estas condiciones.

En México, se estima que las ECV representan 20% del total de muertes en adultos, incluso por encima de la diabetes mellitus y el cáncer. De acuerdo el Inegi, en el 2016 se reportaron 136,342 fallecimientos atribuibles a problemas del corazón, un aumento de 7,611 muertes respecto al 2015. En este contexto, donde estos padecimientos formarán parte del futuro casi inmediato de una gran cantidad de mexicanos, buscar soluciones de prevención, pero también de atención, se vuelve indispensable.

Guadalajara fue la sede del Congreso Anual de Cardiología Internacional 2019, en él se reúnen los rockstars de la cardiología para discutir temas de gran relevancia que posteriormente los especialistas llevarán a sus lugares de trabajo y los pondrán en práctica. Una de las áreas que ocupa mayor espacio es hablar sobre las nuevas tecnologías que brindan cada vez mejores alternativas de procedimientos en el área médica.

Un ejemplo de grandes cambios gracias al avance científico está en el tratamiento de la estenosis aórtica, “en la mayoría de los congresos internacionales de cardiología, este tema concentra la discusión, por la relevancia y los avances”, asegura el doctor Roberto Muratalla González, especialista del Centro Médico Nacional 20 de Noviembre.

Para estos pacientes con hasta 34% de riesgo de muerte súbita, hasta antes de la llegada de las innovaciones en terapia valvular al país, prácticamente se tenía como única alternativa una cirugía, la cual implicaba anestesia general, entubar al paciente y conectar a un ventilador, hacer una incisión en el tórax para exponer el corazón e incluso detenerlo, después colocar la circulación a una maquina mientras el corazón estaba detenido y el especialista trabajaba.

“Como lo platico, es algo cruento, la recuperación es difícil, puede haber complicaciones de sangrado e infecciones”, por ello, buscar alternativas era fundamental.

La aorta es la principal arteria que lleva sangre fuera del corazón. Cuando la sangre sale del corazón, fluye a través de la válvula aórtica hacia la aorta. En la estenosis aórtica, la válvula aórtica no se abre completamente, lo cual disminuye el flujo de sangre desde el corazón. Esto causa síntomas en el paciente que son: dolor de pecho, falta de aire, dificultad para respirar y desmayos, además de una condición muy importante, la muerte súbita.

Este problema se da por algo degenerativo, explica el especialista, al paso del tiempo y con el envejecimiento, algunas otras condiciones pueden contribuir a que la válvula se vaya calcificando, llenando de colesterol y cerrando, esto hace que lo encontremos en pacientes que superan los 70 años. “En los inicios de esta terapia, destinada para pacientes de alto riesgo y mucho más años (80 a 85), la cuestión de si valía la pena atenderlo, cuando hay prioridades de salud y altos riesgos, detenía las intervenciones; hoy se sabe que el beneficio es tan impresionante, que modifica a la enfermedad prácticamente en 100% y aumenta la sobrevida de los pacientes, que esta cuestión de la edad ya no es una variable o condicionante”, manifestó.

El inicio de la implantación transcatéter de prótesis aórticas (TAVI, por su sigla en inglés) ha cambiado radicalmente la perspectiva de atención, la misma evolución de este tratamiento ha hecho que hoy incluso el paciente ya esté despierto durante el procedimiento, con una sedación superficial y anestesia local en los sitios de incisión; el procedimiento dura entre 40 y 60 minutos, con una tasa de complicación muy baja, lo que hace que el paciente esté en su habitación el mismo día de la intervención y en algunos casos son dados de alta al siguiente día: “Se trata de un procedimiento mucho más rentable, de menos complicaciones y mayor comodidad”.

La primera válvula transcatéter que se puso en México fue en el 2012, a partir de entonces ha crecido el número de procedimientos logrando que se generalice en el país, incluso en instituciones de salud pública como el IMSS o ISSSTE, ya se practica en hospitales locales, no sólo en los centros de alta especialidad. “En el ISSSTE tenemos ya siete hospitales certificados en la República y otros tantos en proceso, en el IMSS son tres hospitales listos para implantar esta tecnología”.

La experiencia mundial ha demostrado que incluso este procedimiento ya no es sólo para el paciente con alto riesgo de que se haga una cirugía convencional, sino que cada vez se va haciendo a pacientes con mucho menor riesgo y se ha denotado que a menor riesgo quirúrgico, mejor le va con el procedimiento percutáneo.

“Siendo este uno de los congresos más importantes de nuestro país en temas de cardiología, siempre es importante hallar un espacio para hablar de estos nuevos procedimientos que cambian la vida de un paciente, un médico, e incluso de una institución. Explicar el uso de esta tecnología a médicos de otras especialidades y médicos en formación se vuelve indispensable”, asegura el especialista.

El ISSSTE, por ejemplo, cubre alrededor de 13 millones de mexicanos y se estima que la prevalencia de esta enfermedad es de 7%, es decir, “este porcentaje podría ser candidato a tener este problema, de ahí que es importante que un sistema de salud público pueda dar acceso a estas tecnologías a pacientes que, de no tener este esquema de salud, les resultaría imposible”, concluyó Muratalla.